

Discover more from Well, back to Work
¡HOLA! Soy Diego Puertas, un joven muy curioso, estudiante, emprendedor, inversor y quizás también un poco “cuñao”, no lo niego…🙃
Hola querido lector, esta es la última edición programada de estas “sesiones de verano” donde los artículos han sido más generales. Se podría decir que hasta aquí llega la primera temporada de Well, back to Work.
Debo decir que ha sido un viaje maravilloso, hemos logrado pasar de 0 suscriptores a más de 1350 en solo 5 meses. Realmente, escribir aquí se ha convertido en una bendición para mí, me encanta. Después de un tiempo he encontrado lo que realmente me gusta. Además, gracias a los patrocinios, estoy viendo que incluso podría vivir de ello.
¿Qué podemos esperar para la segunda temporada? La nueva temporada arrancará el miércoles, este primer año he decidido que en vez de parón veraniego hubiera ediciones programadas más generales. En esta nueva temporada me voy a centrar mucho más en post de actualidad, comentando desde mi punto de vista situaciones que estén ocurriendo tanto a nivel económico como a nivel social. También quiero analizar en profundidad empresas o industrias que estén dando que hablar. Esto son algunos ejemplos que tengo en el tintero:
Cómo Shein ha revolucionado el mundo de la moda.
Cómo Uber ha “fracasado” en su recuperación post pandemia.
Que pensamos los jóvenes sobre el futuro.
Las pensiones son insostenibles, ¿Qué debemos hacer los más jóvenes?
Consejos para entrar en el mercado laboral.
La energía solar en España.
Por supuesto, cualquier tema que consideres interesante tratar, me gustaría que lo comentaras…
Algo que haré bastante esta nueva temporada será consultar por Twitter sobre que temas causan más interés. Volveré a ser muy activo por Twitter.
Además de esto, ¡Vienen muchas novedades!
Por ejemplo, la Newsletter diaria (Ponte al día) a partir de mediados de septiembre estará integrada en Serenety Markets. Esto es algo increíble, en una web que he seguido tanto, ahora saldrá mi contenido. Además, se incorpora Juan Esteve para “poneros al día” cada mañana, por lo que el contenido será el mejor.
Pero bueno, sin más dilación, vamos con el artículo de hoy…
¿Has bajado el listón de lo que crees que puedes lograr? O peor, ¿te has resignado a la mediocridad?
Tal vez estás frustrado porque no puedes encontrar una solución que impulse tu vida o tu negocio al siguiente nivel. Tal vez últimamente te has dicho a ti mismo que tus aspiraciones son realmente solo sueños.
Sin embargo, deberías dejar de pensar eso. En realidad todo el mundo es capaz de lograr un gran avance, ya sea esa brillante idea para un nuevo producto, obtener esa promoción o incluso aprender una nueva habilidad que te lleve al siguiente nivel.
Lo que diferencia a los que hacen que esto suceda de los que no lo hacen no es la inteligencia o el dinero, es la forma de pensar. Una vez que cambia la forma en que abordas los problemas y desafíos, puedes dar saltos gigantes en todas las áreas de su vida.
Para lograr ese cambio, necesitas aprender a pensar como un científico espacial.
Esta edición de Well, back to Work ha sido patrocinada por:
Esto es algo que estresa a mucha gente
Psssst…
¡Hey!
Atiende, que esto es importante.
Atiende con atenta atención.
Hablo de ventas.
Te podría decir que hablo de ventas, pero en realidad hablo de la vida, porque cuando hablo de ventas hablo de ligar.
También hablo de cómo conseguir un mejor trabajo, una mejor pareja o mejores amigos. O amigos.
Y de cómo llevarte mejor con tus compañeros y con tu jefe, de cómo trabajar menos y de cómo ganar más dinero.
Y de amar.
Y de follar, claro. De follar hablo mucho.
Y sobre todo, hablo de cómo no depender de los demás para que te vaya bien en la vida.
Ni de tu pareja, ni de tus amigos, ni de tus compañeros, ni de tu jefe.
Ni de tus clientes tampoco.
Y eso es algo que estresa mucho a mucha gente porque te obliga a hacer cosas diferentes a cómo las habías hecho hasta ahora.
Cada día escribo un email de ventas. O de la vida, según quieras verlo.
Día que estás fuera, email que te pierdes.
Si quieres unirte a otras 150.000 personas que ya lo reciben, te apuntas ahí → MONGEMALO
Abraza la incertidumbre.
Los ingenieros y científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA tienen una extraña tradición. En los momentos cruciales de cada misión espacial, mastican cacahuetes. Este fenómeno comenzó cuando una nave espacial Ranger se lanzó con éxito después de una larga serie de errores. Un ingeniero había llevado una bolsa de maní al control de la misión ese día. Desde entonces, se comen cacahuetes en cada lanzamiento para ahuyentar la mala suerte.
Esto demuestra que incluso los científicos más capaces temen la incertidumbre. Es por eso que nos involucramos en rituales extraños, como comer maní o usar nuestros jeans de la suerte, para recuperar la sensación de control. No podemos evitar sentirnos así. El miedo a lo desconocido ayudó a mantener a nuestros antepasados a salvo de amenazas como los tigres. Sin embargo, cuando evitamos la incertidumbre por completo, nos cerramos a nuevas posibilidades.
Los científicos no ven la incertidumbre como algo que temer. Cuando se enfrentan a una habitación oscura y llena de sombras, no se dan la vuelta como la mayoría de nosotros. Hurgan en él hasta que encuentran un interruptor de luz. Una vez que lo han encontrado, puede haber algo curioso en la habitación, o puede haber otra puerta que conduzca a otro misterio.
La incertidumbre no hace que los científicos entren en pánico. En lugar de preocuparse por los monstruos que podrían estar al acecho en los rincones, se centran en todas las cosas asombrosas que esperan ser descubiertas.
No te conformes.
El empresario tecnológico Elon Musk tenía un problema, concretamente uno de $20 millones. Quería lanzar una empresa espacial para perseguir su sueño de establecerse en Marte. Pero no podía permitirse un solo cohete. Las empresas aeroespaciales que los construían subcontrataban el trabajo a subcontratistas, quienes subcontrataban aún más el trabajo. Toda esa acumulación de márgenes hacían el proyecto inalcanzable.
Musk estaba a punto de darse por vencido cuando tuvo una revelación. Se preguntó qué se necesitaba para ir al espacio. La respuesta, por supuesto, fue un cohete. ¿Y qué hace un cohete? Materias primas. Después de algunos cálculos numéricos, Musk descubrió que esos materiales cuestan solo el 2% del precio promedio de un cohete. Y si Musk hiciera la mayor parte de la fabricación internamente, tendría un control mucho mayor sobre la calidad y el presupuesto. Al actuar por su cuenta, Musk podría comenzar a lograr su sueño.
La vida está llena de rutinas y rituales que seguimos sin cuestionarnos. Nos levantamos a la misma hora, tomamos la misma ruta al trabajo, almorzamos lo mismo todos los días. Esto tiene un propósito útil, simplemente no tener que pararnos a analizar cada decisión que tomamos. Pero cuando seguimos ciegamente rutinas obsoletas, terminamos alabando el proceso sobre el resultado. En lugar de cuestionarnos si existe una mejor manera de hacer algo, nos quedamos atrapados en hábitos que obstaculizan las ideas originales.
Puedes liberarte de las rutinas restrictivas abrazando a tu científico espacial interior. Los científicos espaciales utilizan el pensamiento de primeros principios. Este método pide que se cuestione sistemáticamente todos los aspectos posibles de una situación, hasta llegar a una verdad indiscutible. Durante este ejercicio, deja de lado todas las suposiciones sobre lo que se ha hecho en el pasado. Esto permitirá llegar más allá de los límites establecidos, como creer que solo las agencias espaciales financiadas por el gobierno pueden permitirse cohetes. De esa manera, ingresas al reino del pensamiento innovador.
La productividad es el enemigo del pensamiento original.
Cuando tenía 16 años, Albert Einstein reflexionó sobre lo que sucedería si pudiera observar la luz corriendo tan rápido como ella. Sabía que esto estaba más allá del alcance de su cuerpo. Pero imaginar este escenario sentó las bases de lo que se convirtió en la teoría especial de la relatividad, una década después.
Nikola Tesla también usó su imaginación como su laboratorio. Dedicó horas a planificar mentalmente sus inventos, antes de esbozarlos. Su mente fue el primer campo de pruebas para su sistema de corriente alterna, del que nos beneficiamos todos los días. Ni él ni Einstein habrían logrado sus increíbles avances si sus vidas hubieran estado llenas de ocupaciones.
La creatividad necesita tiempo y espacio. Es por eso que tantos lugares de trabajo modernos son tan poco creativos. La mayoría de nosotros estamos atrapados en un ciclo de trabajo de autopropagación. Cada correo electrónico que enviamos da como resultado otro correo electrónico, que nos sentimos obligados a responder de inmediato. Estamos bajo tanta presión para obtener resultados y entregar proyectos que hay poco margen para la curiosidad y la exploración. Antes de que nos demos cuenta, hemos olvidado que una vez fuimos niños a los que les encantaba hacernos preguntas sobre el mundo.
Sin embargo, ese sentido infantil de asombro y apertura es esencial si desea encontrar soluciones innovadoras para los problemas. Afortunadamente, no es difícil reconectarse con su niño interior de siete años. Todo lo que necesitas hacer es ejecutar un experimento mental.
Los experimentos mentales nos ofrecen el espacio para considerar una pregunta específica en un mundo paralelo donde la realidad funciona de manera diferente. Esto lo libera de limitaciones como habilidades, acceso a recursos o incluso, como en el caso de Einstein, la realidad física. El punto no es necesariamente dar con la respuesta correcta, sino obtener información al forzarte a salir de patrones de pensamiento obsoletos.
Agregar tiempo desocupado al horario fomenta los experimentos mentales. Cuando a tu mente se le da permiso para ir a la deriva, las áreas de tu cerebro responsables de la creatividad cobran vida. Por eso muchos autores, como JK Rowling, defienden el aburrimiento. En 1990, antes de que se inventaran los teléfonos inteligentes, el tren de Rowling de Manchester a Londres se retrasó cuatro horas. La historia de Harry Potter surgió en su mente mientras estaba atrapada en la estación sin nada que hacer. Imagina lo que tu mente podría regalarte si le dieras tiempo para divagar.
Tu mente es el mayor obstáculo entre tú y tu objetivo.
Probablemente estás familiarizado con la historia de Ícaro, que trató de escapar del encarcelamiento en Creta usando alas hechas de cera. A pesar de las advertencias de su padre, Ícaro voló demasiado alto. El sol derritió sus alas e Ícaro se lanzó a la muerte.
A través de advertencias e historias como esta, la sociedad te enseña a tener miedo de correr riesgos. Esto te mantiene a salvo cuando eres joven, pero te frena cuando eres adulto. Te dices a ti mismo que no tienes lo que se necesita para conseguir ese ascenso o pedir una cita a la persona que te gusta.
Muchos de nosotros pensamos que el éxito pertenece a la élite, no a la gente común, así que no nos molestamos en intentarlo. Esta actitud demuestra un punto del autor David Schwartz en su libro “La magia de pensar en grande”. El principal obstáculo que te impide alcanzar tus objetivos no es tu saldo bancario o la falta de tiempo, es tu mente.
El pensamiento divergente es un método utilizado para evitar esto y estimular la creatividad generando ideas sin limitación ni restricción. En el pensamiento divergente, todas las ideas son bienvenidas, independientemente de las restricciones del mundo real, como el presupuesto. Cada idea es abrazada como una posibilidad. El objetivo es generar tantas ideas como sea posible, no encontrar una solución perfecta. Esto asegura que no se descarte ningún concepto prematuramente. Una vez que hayas terminado de generar posibilidades, puedes volver a dar la bienvenida a tu yo racional, para evaluar tus ideas.
Aprender a hacer la pregunta correcta.
En 1999, Ozan Varol recibió una terrible noticia de la NASA. El sistema de aterrizaje de tres patas que pretendía usar para establecer un Rover en Marte acababa de fallar estrepitosamente en otra misión. Varol inmediatamente entró en acción. La pregunta en su mente era: ¿Cómo arreglamos el sistema existente?
Pero el ingeniero Mark Adler vio las cosas de manera diferente. Hizo la pregunta: ¿Cómo desafiamos la gravedad para que el Rover llegue a Marte de manera segura?
Para responder a esta pregunta, Adler abandonó por completo el sistema de tres patas. En cambio, diseñó un sistema de bolsas de aire enormes que se inflarían alrededor del Rover, dejándolo rebotar varias docenas de veces antes de detenerse en la superficie marciana.
Cuando se trata de resolver problemas, muchos de nosotros actuamos como lo hizo Varol: obsesionados con dar una respuesta sin considerar completamente la pregunta. Y tan pronto como estamos involucrados emocionalmente en una solución particular, la defendemos obstinadamente. Nunca reflexionamos sobre si quizás es el enfoque el error.
Sin embargo, si cambiamos la pregunta que estamos haciendo, como hizo Adler, a menudo podemos llegar a una respuesta revolucionaria.
Entonces, ¿Cómo hacer mejores preguntas?
Primero, aprende a diferenciar entre una estrategia y una táctica. Una estrategia es el plan que utiliza para lograr un resultado particular, como aterrizar un Rover en Marte. Las tácticas, por otro lado, son acciones que implementan esa estrategia. Una táctica es usar un sistema de aterrizaje de tres patas. Otro es rodear su Rover con bolsas de aire.
Es fácil confundir tácticas con estrategias. Eso es lo que le pasó a Varol. Si se tiene dificultades para identificar la estrategia, hay que dar un paso atrás y preguntarse qué problema está tratando de resolver.
Reflexión final.
Pensar como un científico espacial significa adoptar una nueva mentalidad, una en la que la incertidumbre se acepta como una nueva frontera que conduce a un descubrimiento sin fin. Es dentro de esta frontera donde se pueden llegar a pensamientos originales e innovaciones revolucionarias. Pero esto solo puede suceder si estás dispuesto a enfrentar tus puntos ciegos y romper con los procesos y opiniones que limitan tu creatividad.
Por último me gustaría comentar un consejo práctico, que me ha servido durante las últimas semanas: Guarda tu pregunta para un paseo.
La próxima vez que te sientas atascado tratando de resolver un problema difícil, ponte tus zapatillas y sal a caminar. Caminar te pone en la mentalidad ideal para la innovación, porque te relaja mientras permite que los engranajes de tu subconsciente giren. Caminar condujo a avances importantes para científicos como Darwin, Tesla y Heisenberg. Así que, la próxima vez que necesites encontrar una solución original, sigue sus pasos y da un buen y largo paseo.
¡MUCHAS GRACIAS!
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