

Discover more from Well, back to Work
¡HOLA! Soy Diego Puertas, un joven muy curioso, estudiante, emprendedor, inversor y quizás también un poco “cuñao”, no lo niego…🙃
De todos los avances tecnológicos recientes, la Inteligencia Artificial puede que sea el área con mayor expectación y especulación (quizás también el Blockchain). Arranca una serie de dos artículos (hoy y el miércoles que viene) hablando sobre esta novedosa tecnología.
Según los entusiastas de la IA, las máquinas inteligentes habrán superado los cerebros humanos para el año 2025 y serán más inteligentes que todos los cerebros humanos combinados para el 2050.
A partir de este punto, sería solo cuestión de unos pocos años para que las máquinas reemplacen a los humanos por completo.
Raymond Kurzweil, inventor estadounidense especializado en inteligencia artificial, a través de sus libros explica la evolución e impacto que la IA puede tener en nuestra vida, y estas son las fuentes extraídas para escribir este artículo.
Según una encuesta de 2015 realizada por la Universidad de Chapman, los estadounidenses temen que los robots los reemplacen más que a la muerte.
Esta frase anterior, extraída del autor, no he podido corroborarla en el blog de la misma universidad. Sin embargo si que he encontrado algo similar que puede ser interesante, en 2015 se realizó una encuesta preguntando a los ciudadanos a que le temen.
El primer temor es a la corrupción de los funcionarios gubernamentales, y justo por detrás vienen aspectos tecnológicos como el terrorismo cibernético, o los datos de la red. Sin duda alguna, que si hablamos de tecnología, hablamos también de IA.
¿Qué tan probable es realmente esta visión distópica de la revolución de la IA? ¿La IA realmente significará el final de todo el trabajo, tal vez incluso el final de la humanidad?
En este artículo, abordaremos algunas de nuestras mayores preguntas, esperanzas y preocupaciones en torno a la era de la Inteligencia Artificial, desde una perspectiva pragmática. Teniendo en cuenta la historia y la macroeconomía de la innovación tecnológica.
Reflexionaremos sobre los trabajos que más peligro corren por ser sustituidos por esta tecnología, las industrias más beneficiadas y como la educación es un factor clave en todo ello.
💨 El artículo de hoy en un vistazo.
La cuarta Revolución Industrial. Al principio, puede provocar un shock en la población, pero al igual que otras, a largo plazo se ha visto como la evolución que traen consigo es relevante. Esta nueva tecnología alterará tantos aspectos de nuestra vida, que es difícil no pensar que será una revolución.
El nacimiento de nuevos trabajos. Muchos empleos morirán y otros nacerán, adaptarse a los nuevos tiempos es una cualidad innata del ser humano, y es algo con lo que a un robot le constaría más.
¿Más productividad = Más tiempo libre? Si los robots se encargan de los trabajo más tediosos y rutinarios, el ser humano puede tener más tiempo libre. La jornada laboral de 4 días es algo que está sobre la mesa.
El problema de la desigualdad. Esta nueva revolución puede aumentar más la brecha entre los ricos y los no tan ricos. Quién pueda permitirse de primeras adaptar esta tecnología a sus negocios, verán un gran aumento de productividad. Lo mismo con los trabajos, los más precarios serán los primeros en desaparecer.
La función de los gobiernos. La Inteligencia Artificial no es solo algo beneficioso, pero los beneficios son mayores a los problemas. Eso sí, los gobiernos deberían enfocarse en regular algunos aspectos legislativos, ¿Quién es el responsable de un accidente de un vehículo autónomo? Enfocarse en resolver estos problemas y no en poner trabas a sus desarrollo es clave.
La evolución de la educación. Los trabajos más técnicos cada vez irán teniendo menos cavidad para los humanos. La respuesta a que estudiar para prepararnos para esta nueva era es clara, estudiar para preparar los robots, sin embargo, solo a eso no puede dedicarse toda la sociedad, tareas de creatividad que los robots no pueden hacer serán claves.
Reflexión: más beneficios que inconvenientes.
La cuarta Revolución Industrial.
Predecir el futuro de la economía global es algo imposible, y más viendo lo que hemos vivido los últimos años, ¿alguien se podía esperar una pandemia mundial?
Para tratar de comprender el presente y especular sobre lo que sigue, es posible buscar respuestas en el pasado.
Para los economistas, el proceso histórico más significativo a estudiar es la Revolución Industrial. Pero según Robert Gordon (economista), no solo ha habido una, sino tres revoluciones industriales separadas:
La primera fue el proceso de innovación tecnológica, cambio social y político, que se inició en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII con la invención de las máquinas de vapor y los ferrocarriles.
La segunda se inició a finales del siglo XIX, con la invención de la electricidad, los motores de combustión y los teléfonos.
El tercero ocurrió en la década de 1960, después de la invención de la computadora.
Y ahora, con los avances tecnológicos de los robots y la IA, asegura que estamos a punto de entrar en una cuarta revolución industrial.
Sin embargo, la IA y la robótica han sido tan exageradas que es tentador pensar que marcarán el comienzo de una transformación mucho más radical del mundo, en lugar de "simplemente" otra revolución industrial. Ahora, es cierto que los robots y la IA han logrado avances significativos en la última década: en el poder de procesamiento, la toma de decisiones algorítmica y el reconocimiento de texto e imágenes.
En 2016, por ejemplo, DeepMind Al de Google venció al actual campeón humano de Go, un complicado juego de mesa chino.
Pero incluso aquí, el progreso ha sido limitado. Por ejemplo, Google intentó entrenar a la IA para reconocer imágenes de gatos en YouTube con mucho menos éxito: necesitó el poder de 16 000 computadoras para identificar uno solo. Todavía hay muchas habilidades, incluido el pensamiento creativo, la inteligencia emocional y la destreza manual, que los robots y la IA tienen dificultades para dominar, y no hay una solución obvia a la vista.
A pesar de lo que prometen los entusiastas de la IA, hay pocas razones para creer que las máquinas reemplazarán a los humanos en el futuro cercano.
¿Qué podemos esperar de la cuarta revolución industrial de robots e IA?
Aunque las revoluciones anteriores no condujeron a una mejora inmediata en las condiciones de vida de los trabajadores, con el tiempo aumentaron sus salarios y su calidad de vida. En el año 2000, el PIB per cápita global era más de treinta veces mayor que en 1800. De manera similar, la revolución de la IA podría ser más un proceso que un evento único y dramático. Pero si sigue el mismo patrón, impulsará la productividad y el crecimiento económico, lo que mejorará la situación de todos a largo plazo.
El nacimiento nuevos trabajos.
“¡Los robots vienen a quitarnos el trabajo!”
Ese es uno de los principales temores que rodean el auge de la IA, pero en gran medida es infundado. El Instituto McKinsey estima que, en los países más ricos, solo el 14% de los trabajos son "altamente automatizables", mientras que solo el 5% de los trabajos son "totalmente automatizables". Esto no justifica visiones distópicas de desempleo masivo. Pero todavía significa que, para 2030, los robots podrían despedir entre 375 y 700 millones de puestos de trabajo.
Algunos de los trabajos que probablemente desaparecerán son cajeros, empacadores de comestibles, asistentes de facturación y otros trabajos repetitivos y de baja calificación. Incluso el trabajo legal de rutina, la contabilidad, el análisis y los trabajos de traducción simples ahora pueden ser realizados por IA.
Tal cambio no es necesariamente un desastre para la economía. A medida que las máquinas se hacen cargo de algunos trabajos, aparecen otros nuevos. En la década de 1900, la agricultura representaba el 40% del empleo en los Estados Unidos. Hoy, solo representa el 2% y, sin embargo, el empleo general no ha disminuido.
El Foro Económico Mundial estima que, para 2026, se crearán 12,4 millones de nuevos puestos de trabajo en EE. UU. Algunos de estos estarán directamente relacionados con el desarrollo, la construcción y el mantenimiento de robots. Otros serán un resultado indirecto de la revolución de la IA. Por ejemplo, la difusión de los robots podría liberar a las personas para que asuman posiciones más "humanas", como brindar a los clientes orientación y asesoramiento personal.
En muchos casos, los robots y la IA no son lo que parecen. Por ejemplo, la sustitución de conductores por vehículos autónomos va mucho más lentamente de lo esperado. Por razones técnicas y legales, ninguno de los modelos disponibles en la actualidad es totalmente autónomo. Incluso cuando los vehículos se manejan solos, los conductores deben permanecer alerta y estar listos para intervenir. Los vehículos totalmente autónomos funcionan solo en rutas muy restringidas, como entre terminales de aeropuertos.
Los seres humanos son mejores que las máquinas en trabajos creativos como el arte, el diseño o el periodismo, pero también se destacan en trabajos que requieren un pensamiento flexible y destreza manual, como trabajos de plomería, jardinería y electricidad. Un robot podría construir su automóvil, pero si se rompe, aún debe acudir a un mecánico humano.
Entonces, en muchas áreas, las máquinas simplemente trabajarán junto con sus contrapartes humanas, aumentando su productividad. Por ejemplo, muchos médicos utilizan robots quirúrgicos para ayudarlos a realizar procedimientos complicados.
Otro concepto erróneo común es que los robots "trabajan gratis". Pero los robots y la IA son muy costosos de construir, desarrollar y mantener, y siempre corren el riesgo de quedar obsoletos. La compra de un robot industrial promedio cuesta alrededor de $ 100.000 y hasta cuatro veces más para mantener durante su vida útil. Para algunas empresas la mano de obra humana podría ser simplemente la opción más económica.
¿Más productividad = Más tiempo libre?
“El 80% de las personas odian su trabajo”. - Shift Index de Deloitte
El adulto promedio de hoy en día pasa la mayor parte de su vida en un empleo a tiempo completo, trabajando alrededor de 30 a 40 horas a la semana. Y muchos oficinistas, abogados y banqueros trabajan incluso más que eso. Si odiamos nuestros trabajos, ¿por qué seguimos trabajando tanto?
La respuesta no es sencilla. Más allá de pagar las cuentas, un trabajo es para muchas personas una fuente de valor y propósito. Y, si bien el trabajo puede ser una fuente de estrés, el desempleo puede ser una fuente de angustia aún mayor. Además, la sociedad valora el éxito económico y premia la racha competitiva de las personas. Y a medida que aumenta la desigualdad, las personas en el lado inferior del espectro de ingresos necesitan trabajar más para llegar a fin de mes.
Pero la revolución de la IA podría finalmente liberarnos para trabajar menos, y existen argumentos sólidos para hacerlo. Los estudios muestran que las naciones que trabajan mucho, como Corea del Sur, reportan consistentemente niveles más bajos de felicidad que las naciones que trabajan menos, como Dinamarca. Las naciones del último grupo también tienen un mayor número de voluntarios.
El padre fundador estadounidense, Benjamin Franklin, fue una de las primeras personas en sugerir que, en un futuro cercano, las personas no deberían necesitar trabajar más de cuatro horas a la semana. Desde entonces, el fin del trabajo se ha proclamado varias veces, pero nada de eso ha sucedido.
Pero a medida que los robots y la IA se infiltren gradualmente en el mundo laboral, podrían liberar a los humanos para que participen en las partes más significativas de sus trabajos y trabajen menos en general. El aumento de la productividad, el PIB y la riqueza material que podrían aportar las máquinas significa que cada vez más personas podrán optar por más tiempo libre en lugar de más trabajo. Esto podría reflejarse en jornadas laborales más cortas, una semana laboral más corta, vacaciones más largas o una jubilación anticipada.
En algunos lugares, el cambio ya está ocurriendo. El IG Metall, el sindicato nacional alemán de trabajadores metalúrgicos, logró recientemente reducir la semana laboral a 28 horas para alrededor de 900.000 empleados.
También es una cuestión de elección y preferencia si la gente trabajará más o menos en la nueva economía. Estos, a su vez, dependen de factores sociales y culturales más amplios. Una cultura que otorga más valor a los pasatiempos, el trabajo comunitario y el desarrollo personal y menos valor al éxito económico alentará a las personas a hacer uso de su nueva libertad.
El problema de la desigualdad.
En los últimos años, muchos economistas han observado una tendencia preocupante. Desde la década de 1960, la desigualdad de ingresos en las naciones occidentales ha ido en aumento. En ese entonces, el PIB de las personas en el quintil inferior del espectro de ingresos creció un 5,5% cada año, mientras que el PIB del quintil superior creció solo un 2%. Pero en 2014, la tasa de crecimiento anual del PIB fue del 53% para los de arriba y solo del 14% para los de abajo. La brecha entre ricos y pobres se está ampliando a un ritmo alarmante.
¿Continuará esta tendencia bajo la economía de la IA?
La introducción de robots e inteligencia artificial en la economía podría tener efectos similares al ascenso de China unas décadas antes. A medida que China se abrió, se agregó mano de obra más barata a la fuerza laboral global. Esto ejerció una presión a la baja sobre los salarios en Occidente, lo que condujo a una demanda más débil, precios más bajos y tasas de interés extremadamente bajas. Con la ayuda de regulaciones deficientes en el sector financiero, esta tendencia culminó en la crisis financiera mundial de 2007.
La economía de la IA en la fuerza laboral como fuentes de mano de obra barata podría deprimir los salarios de manera similar. Con los empleados ganando menos y los empleadores ganando más, la desigualdad de ingresos aumentaría.
El desempeño de los países en la nueva economía depende de qué tan bien utilicen y regulen estas nuevas tecnologías. China podría emerger como líder en la nueva economía; junto con Estados Unidos y el Reino Unido, se encuentra entre los mayores inversores en tecnologías de IA.
Hablando de Reino Unido, el mercado laboral allí no está para muchos trotes… Tras el Brexit, la inflación está afectando demasiado. Importantes economistas están hablando que es una situación peor incluso que la de 1970.
“Tenemos nuevas tecnologías que traen consigo la automatización y, de hecho, los líderes sindicales se quejan de la pérdida de empleos, de las taquillas, eso se debe a las nuevas tecnologías” - Prissarides (Premio Nobel de economía)
Sin embargo, estas naciones simplemente sería readaptarse a los nuevos trabajos, el problema está en otras partes del mundo, las naciones en desarrollo como África, que podrían quedar cada vez más rezagadas, ya que no pueden realizar la inversión inicial para adquirir o desarrollar estas nuevas tecnologías.
Tales aumentos en la desigualdad no están escritos en piedra. Puede ser que, a medida que la IA aumente la productividad, el precio del trabajo humano aumente y eleve los niveles de vida en todos los ámbitos.
Algunos economistas argumentan que todo cambio tecnológico primero aumenta pero finalmente disminuye la desigualdad. En última instancia, el aumento de la productividad que traen las nuevas tecnologías se filtrará para beneficiar a todos los actores económicos. Además, las políticas y regulaciones gubernamentales tendrán un papel importante que desempeñar. Si se diseñan de manera inteligente, podrían frenar los efectos negativos de la revolución de la IA y elevar su potencial para un cambio social positivo.
La función de los gobiernos.
Considerado algunos de los riesgos y beneficios de la revolución de la IA, hay una importante cuestión política y regulativa. ¿Deberían los gobiernos promover la propagación de la IA o deberían tratar de disuadirla?
Se puede argumentar que la revolución de la IA no será tan dañina para la economía como mucha gente piensa. Por tanto, no hay necesidad de sofocar la investigación y la inversión en el campo, a menos que tenga un propósito claramente maligno, como el desarrollo de armas autónomas. Los gobiernos también deberían evitar un "impuesto a los robots", lo que significa que no deberían cobrar a las empresas un impuesto adicional por usar nueva tecnología de robots e inteligencia artificial en sus procesos de fabricación,
Sin embargo, tampoco hay una buena razón para acelerar la revolución de la IA con subsidios e incentivos fiscales, ya que en la actualidad, aun, no podemos predecir los efectos de estas nuevas tecnologías con la suficiente precisión como para tomar decisiones políticas drásticas al respecto.
¿Significa que los políticos y los legisladores no deban hacer nada?
No, un marco ético-legal claro beneficiará el crecimiento sostenible de la economía de la IA al tiempo que protege a las personas y las sociedades.
Por ejemplo: ¿Qué sucede, por ejemplo, cuando una IA, como un automóvil autónomo, provoca un accidente? ¿Deberíamos culpar al propietario del automóvil o a la empresa que lo fabricó?
Aclarar estas cuestiones de responsabilidad de antemano será esencial para la adopción generalizada de nuevas tecnologías. Dado que las IA también acceden y utilizan cada vez más nuestros datos, necesitaremos mejores leyes para proteger nuestra privacidad. Mejores regulaciones de datos también podrían ayudar a prevenir el cibercrimen, el terrorismo y la difusión de noticias falsas habilitados por IA..
La evolución de la educación.
Incluso se suspende la idea de la inminente revolución de la IA por un segundo, podemos estar de acuerdo en que gran parte de nuestro sistema educativo actual está desactualizado, tanto en contenido como en forma. Lo que aprendemos en los estudios tradicionales y la forma de enseñarlo raramente refleja las demandas de la sociedad moderna. Por ello, debemos transformar radicalmente el sistema educativo si queremos ayudar a las personas a vivir un vida productiva en la nueva economía de IA.
¿En qué materias debería centrarse el nuevo sistema educativo? Para los entusiastas de la IA, la respuesta es clara: materias STEM: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Pero, discrepo, no tengo claro por qué todos en la era de los robots deben saber cómo funciona un robot o cómo construir uno ellos mismos.
A medida que los robots y la IA se hagan cargo de las partes más técnicas del trabajo, las habilidades humanas como la creatividad, la originalidad y la empatía podrían volverse cada vez más importantes. Un estudio de 2006 encontró que los empleadores valoran la capacidad de trabajo en equipo y las cualidades de liderazgo más que las habilidades técnicas. Así que tal vez deberíamos hacer que materias como arte, literatura, historia y política sean el foco del nuevo plan de estudios.
La educación en la era de la IA también debe discutir los problemas éticos de las nuevas tecnologías y enseñar a las personas como interactuar con ellas de manera eficiente y beneficiosa. En una era de sobrecarga de información, es importante que los jóvenes aprendamos a sopesar, confiar y analizar datos.
Los robots y la IA también pueden aumentar la eficiencia dentro del aula. Al contar con la ayuda de los sistemas de aprendizaje de IA, como juegos y software interactivos, los maestros podrían reducir su carga de trabajo y tener más tiempo para lecciones personales y en profundidad con los estudiantes. En lugar de limitar la educación al aula y a nuestros primeros años de vida, las nuevas tecnologías, como los cursos en línea, los sistemas de aprendizaje personalizados habilitados para IA, podrían abrir las puertas para el aprendizaje y el reciclaje permanentes.
Si la educación se vuelve más personalizada y las personas aprenden a usar sus habilidades y su tiempo de manera satisfactoria, el nuevo sistema también podrá compensar la creciente desigualdad. Un sistema educativo moderno y más flexible que asegure que todos se conviertan en personas integrales beneficiará a la sociedad en general.
Reflexión: más beneficios que inconvenientes.
Durante el artículo, hemos tratado de contrastar las típicas razones por las que la opinión popular sobre la revolución de la IA podrían ser demasiado pesimista. Después de todo, el auge de los robots y la IA no será tan diferente de otros cambios tecnológicos del pasado. Es poco probable que la revolución de la IA provoque una pérdida masiva de empleos, lo que hará será adaptar dichos empleos, algo que son buenas noticias para el crecimiento económico en general.
Como hemos visto, los robots y la IA impulsarán la productividad económica al ayudar a los humanos a hacer su trabajo de manera más rápida y eficiente. Por lo que es probable que las nuevas tecnologías, como los vehículos eléctricos autónomos, generen un aumento de la inversión que mantendrá fuerte la demanda general. Las industrias que se ocupan de los servicios humanos y reflejan nuestra necesidad de más tiempo libre de alta calidad, como la atención médica y el ocio, crecerán. Por ejemplo, es probable que veamos un aumento en el número de personas que ofrecen y utilizan sesiones de entrenamiento personal para mejorar sus cuerpos, su salud mental o sus relaciones.
El profesor de física Jim Al-Khalili estima que la IA podría aumentar el PIB per cápita mundial en un 150% en las próximas tres décadas. Un factor de confusión podría ser que, a medida que aumenta la productividad, las personas podrían optar por trabajar menos y tener más tiempo libre, expresado en menos horas de trabajo, semanas o más vacaciones. Si bien la reducción resultante del tiempo de trabajo podría reducir el aumento del PIB per cápita, el aumento del tiempo libre probablemente tendría un impacto positivo en la calidad de vida promedio.
Aunque el aumento de la desigualdad de ingresos sería la preocupación más seria, el gobierno (si quiere) puede tomar medidas para prevenir y amortiguar los posibles efectos negativos de la revolución de la IA. Es probable que el cambio que traerán los robots y la IA sea más gradual de lo previsto, y por tanto los gobiernos tendrán más tiempo para considerar tales nuevas intervenciones. Asimismo, empresas y particulares podrán adaptarse a la nueva economía paso a paso. A través de regulaciones inteligentes, mejores políticas de redistribución, un marco legal sólido y un sistema educativo reformado, todos obtendrán los beneficios de la nueva economía de IA.
Reflexiones final
Hay muchas razones para ser optimistas sobre la cuarta revolución industrial que traerán los robots y la IA:
Destruirá algunos empleos, pero se crearán nuevos empleos e industrias.
Se impulsará la productividad y la economía prosperará.
La calidad de vida aumentará medida que los humanos aprendan a trabajar junto a las máquinas.
Para luchar contra el aumento de desigualdad, los gobiernos pueden idear marcos legales sólidos e impulsar la educación.
¡MUCHAS GRACIAS!
Si el articulo te ha gustado, compartirlo con alguien a quién creas que pueda servirle sería el mayor apoyo hacia mi trabajo.
✌️ Si quieres patrocinar esta Newsletter, aquí tienes toda la información.